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02 abril 2013

Cómo abordar una reforma

En la vida de cualquier casa, ya sea al comprarla o cuando han pasado algunos años, hay que enfrentarse inevitablemente a las reformas. Este suele ser uno de los momentos más estresantes en la vida de cualquiera, ya viva solo o en pareja, y no es que lo diga yo, es que está considerado como tal. Así que vamos a hacer una especie de how-to de las reformas, así si te da por hacer una, podrás tener una referencia del camino a seguir. Y si ya has vivido una, me puedes ayudar a completar esta guía.

Antes de hacer nada, tienes que pensar qué quieres reformar de tu casa, y si son reformas necesarias o puramente estéticas. Por ejemplo, cambiar las tuberías cada 10-15 años es bastante recomendable, y se puede considerar algo necesario. Pintar las paredes de una casa suele ser aconsejable si han pasado 5 años de la vez anterior (aunque dependerá del estado de conservación). La recomendación general y obligada es que una vez que has decidido que quieres hacer obra, intentes abarcar la mayor parte posible, y de no ser así, que dejes para otra vez aquello que puedas aislar del resto. Por ejemplo, si vas a cambiar tabiques, ventanas y/o elementos arquitectónicos, eso va todo al principio. Si lo dejas para más adelante, es difícil que lo hagas antes de 15 años (o lo que tardes en olvidar la reforma anterior). Un cuarto de baño o una cocina se puede hacer por independiente después igualmente. Tómate el tiempo que necesites para decidirlo y cuando lo sepas, pasamos a la primera parte.




1. Maquetas

Lo primero, es que sepas cómo quieres que quede tu casa. En este caso, vosotras generalmente venís con un programa de CAD de interiores en la cabeza instalado de serie y es ver una casa y sabéis lo que le falta y lo que le vendría bien. Pero en el caso de los hombres no es así, y la forma que tenemos de planificar estos cambios es con papel y lápiz, o con una aplicación como FloorPlan 3D o cualquier otro de diseño de interiores. La mayoría de los que son aprovechables cuestan más de 100 Euros. Si lo vas a usar para hacer únicamente una casa, obviamente no te compensa pagarlo. Si tienes las cosas pensadas más o menos, lo que yo recomiendo es que descargues la versión de prueba de 15 días. En un par de tardes te da tiempo de sobra a pintar la planta de tu casa. Para ello previamente tienes que haber medido y acotado bien las paredes, cosa que conseguirás con una cinta métrica de 5 metros sin mucho problema. Anota bien estas medidas y déjalas a mano en el móvil o en tu cartera, porque las consultarás muy a menudo. Debes anotar la longitud no sólo de las habitaciones, sino de cualquier segmento de pared o entrante, porque te hará falta. Estábamos hablando del programa de CAD para pintar. En realidad, si tienes un Photoshop también puedes pintar la planta sin demasiado esfuerzo. Crea un tapiz de 3500x3500 y empieza a pintar ahí. Una vez que tienes la planta, impríme varias copias y sobre esa puedes empezar a pintar a mano cómo quieres que quede. Obviamente este no va a ser el resultado definitivo, pero te dará una pauta buena para que tú mismo sepas lo que quieres.


2. Escoger la empresa de reformas

Esta tarea no resulta fácil, sobre todo la primera vez. Para escoger bien, algunos consejos y recomendaciones.

1. Escoge una empresa de reformas que se encargue de todo. Que hagan de todo (no que subcontraten, sino que lo hagan ellos) y que tengan una persona al cargo de la cuadrilla, un contratista o jefe de obra que sea el que te rinda cuentas a ti. 

2. Intenta no acudir a conocidos (=amigos). Es una reforma grande, hay muchas cosas que pueden salir mal o torcerse, y la confianza o los lazos familiares no suele ser algo bueno en estos momentos, ya que pueden desembocar en un gran descontento al final, o en una discusión por no alcanzar el resultado esperado. Además, es posible que por evitar un disgusto te calles cosas que en otras circunstancias no aceptarías. Por tanto, intenta que tu relación con dicha empresa sea únicamente profesional.

Sobre el punto 1, si sabes algo de reformas, tienes tiempo libre y sabes manejar a los obreros puedes intentar hacerte cargo tú mismo y contratar tú la cuadrilla. Pero es algo que desaconsejo por la dificultad que entraña y porque el resultado final casi con toda seguridad no será satisfactorio, además de los roces que surgirán entre los distintos obreros que se echarán la culpa unos a otros de los problemas que surjan. Es más caro coger un contratista (entre un 3% y un 6% más), ya que tienes que pagar su sueldo, pero si vas a gastar más de 30.000 o 40.000 Euros en una reforma, gastar 1.000 o 2.000 más no es un porcentaje importante respecto al total y agilizará muchísimo los trámites, además de conseguir un resultado mucho mejor. 

Una buena guía para escoger una empresa es que puedas ver trabajos previos suyos. Acude a su local y que te muestren lo que han hecho. Casi siempre tienen fotos o vídeos de viviendas donde han trabajado. Si no las tienen, desconfía, porque o no se han preocupado de hacerlas (raro) o no están muy convencidos de su trabajo. 

En nuestro caso, lo que nos hizo decidirnos por una de las empresas es que cuando acudimos a la tienda a ver el presupuesto, pudimos ver cómo ya habían preparado una maqueta de cómo iban a quedar las habitaciones tras la reforma, elaborando planta y alzado en un programa de Mac que tenían y con los resultados ya renderizados. Obviamente eso entra por los ojos, pero también te demuestra que no son unos chapuzas juntaladrillos y que saben hacia donde van. Obviamente siempre gusta subirse en un barco que se sabe qué destino lleva. 

Como norma, pide entre 10 o 15 presupuestos. Parecen muchos, sí, pero si los primeros no te convencen, que no te dé miedo seguir pidiendo, hasta que encuentres algo que digas "estos son los que quiero que trabajen para mí". Además, aprovecha y mientras que vengan más contratistas a casa, es posible que te den ideas que no has tenido en cuenta. Nosotros, después de haber decidido con quien íbamos a hacer esta última reforma, decidimos hacerlo con otros que llegaron al final a dar presupuesto casi por casualidad.


3. El contrato

El contrato que te hagan deberá comprender lo siguiente:

- Fecha de inicio
- Fecha de fin
- Precio

Las 3 cosas pueden desviarse (especialmente el precio, si sigues pidiendo cosas a lo largo de la obra, lo cual es lo habitual), pero siempre tendrás en mente en qué punto estás y cuándo se termina la pesadilla.


4. Antes de empezar la obra.

Aunque hasta ahora no hemos hablado de esto, es muy importante que tengas un sitio en el que vivir mientras dure la obra. Vivir en la misma casa es del todo impracticable. Alquilar un piso en el mismo edificio no te lo recomiendo, porque va a haber ruido, mucho ruido :-) y ya que alquilas, intenta que sea un lugar tranquilo (vas a necesitar muuucha paz) y que no esté muy lejos, como mucho a 5 minutos, para poder ir siguiendo el progreso de la reforma día a día.

Por otro lado está el tema de los permisos. En Madrid la normativa cambia cada poco tiempo, y cada vez es más bizarra. Ahora mismo la cosa está en que no es necesario que pidas licencia de obra si no vas a cambiar elementos exteriores, tales como ventanas o fachada, o elementos que puedan alterar el edificio. Es decir, que dentro de tu casa puedes cambiar baño, cocina, tirar muros que separan habitaciones, y lo que te dé la gana, mientras no toques la ventanas. ¿Y qué  pasa si quieres cambiar ventanas? Generalmente, nada, si no tienes un vecino tocacojones que te denuncie. Lo normal es que nadie te diga nada. En mi caso, he de decir que somos una comunidad bastante maja y que todos los vecinos se han portado de forma inmejorable. No obstante, yo siempre acudo a pedir licencia por si acaso. Si en tu caso te ves obligado a pedir la licencia, tienes que ir a la Junta de Distrito de tu barrio y llevarles fotos en color de las ventanas viejas desde la calle, sacadas con zoom (no vale de lejos) y fotos de las ventanas nuevas (sin poner), con características, color, dimensiones, y un plano acotado de la casa. No hace falta que lo haga un arquitecto, lo puedes hacer tú mismo. Luego tienes que pagar 150 euros para iniciar el trámite y otros 200 por hacer que un funcionario diga que está todo bien (básicamente si vas a cambiar una ventanas viejas por otras nuevas del mismo color, como era nuestro caso, siempre va a estar todo bien). El trámite en realidad parece un disuasorio para que no lo pidas, ya que las cantidades no son nada razonables, y generalmente el ayuntamiento no despliega inspectores para ir mirando donde hay obra. De hecho, algo muy evidente que delata donde hay una obra es el contenedor que se pone en la puerta. Por tanto, si no hay contenedor, no hay obra. Ahí lo dejo.

También es bueno que avises a los vecinos más próximos de manera personal, les digas lo que va a durar la obra, y que mantengas un trato cordial con ellos. Quieras que no les estás haciendo una putada (sí, la misma que ellos te hicieron a ti cuando hicieron sus obras) pero se trata de convivir y de llevarse bien, y cuesta muy poco conseguirlo. Generalmente si lo haces así nadie te va a poner pegas de ningún tipo. Por tu parte, intenta que los golpes empiecen a partir de las 9.30 o las 10, que es una hora razonable para ello, y dejar tranquila a la comunidad los fines de semana.

Al llegar a este punto tendrás que haberte mudado a otra casa. Cuanto más vacía dejes la casa a reformar, mejor para todos. Es bastante difícil afrontar una reforma si hay que andar moviendo muebles todo el rato y con cuidado de que no se rompan. Lo normal es que te cubran de plásticos todo lo que quede, pero también es frecuente que no lo hagan, o te digan que sí y luego te encuentres que no. Cosas que debes cubrir completamente:

- Lámparas (si puedes desmontarlas antes, mejor)
- Puertas (tanto del interior como la de la entrada).
- Muebles. Debes cubrir totalmente cualquier mueble, aunque sea de una sala en la que no vaya a hacerse obra. Entrará el polvo igual.
- Armarios. Si tienen lunas, intenta ponerle además papel de burbujas. Un golpe mínimo no se lo quitará nadie.
- Interruptores y llaves de la luz, enchufes, ...
- Ventanas (igual que los armarios)
- Si tienes parquet, deberás cubrirlo con papel de estraza o parecido al cartón. Nunca con plástico, o te cargarás el barniz.


4. ¿Encargárselo todo a la misma empresa o a diferentes?



La respuesta general como ya hemos comentado, es intentar que sea todo a la misma y dividir cuanto menos mejor. En nuestro caso, teníamos claro lo que queríamos poner y encargamos ventanas a empresas distintas del grueso (albañilería/fontanería). Teníamos una razón importante y es que queríamos las ventanas de un tipo muy concreto y que no podía proporcionarnos la empresa de reformas. 


5. Inicio de la reforma

Los primeros días de obra generalmente son de desescombro. Picarán suelos y paredes para dejar todo diáfano. Esos serán los días de más golpes y ruido. Pocas decisiones hay que tomar en esta etapa.

En esta fase conviene ir dándole todas las vueltas posibles a la obra a realizar, porque se nos irán ocurriendo cosas según vayan desescombrando. También aprovecharán para abrir rozas. Si se te ocurre algo que meter por la pared, pide que te abran una roza para ello, ya que es el momento. Ideas para las que puedes necesitar rozas:

- Cablear con RJ-45 todas las habitaciones (si vas a mover muchos datos por la red o ver Matroskas en la tele, es imprescindible).
- Si vas a poner altavoces tipo 5.1, y ya sabes donde va a ir cada altavoz, también puedes irlo metiendo por la pared.
- Si tienes aire acondicionado, puedes querer meter el desagüe por el suelo o por la pared en lugar de que vierta a la calle o a una garrafa.
- Cable telefónico o de datos, siempre es más elegante llevarlo por dentro que por el rodapiés o los marcos de las puertas.


6. Electricidad y llaves de luz

Es bastante frecuente que una vez que se decide hacer una obra grande se cambien los cables eléctricos por unos nuevos y con más grosor o apantallamiento, y se añadan puntos de luz ...

Parece haber un pacto de precios entre electricistas de manera que el punto de luz lo cobran a 40-45 euros. Punto de luz se considera enchufe, interruptor, lámpara ... Es decir, que poner una lámpara en el techo consistiría en 2 puntos de luz (uno para la lámpara y otro para su interruptor). En dicho precio ya debe ir incluida la respectiva roza. Algunos electricistas cobran ese importe con independencia de que en la misma roza vayan cables para 4 enchufes, lo cual no es muy justo. En cualquier caso ese precio lo puedes negociar. Os dejo los precios que nos dieron para que tengáis una referencia:

- Punto de luz: 45 Euros
- Punto de luz conmutado: 90 Euros por punto conmutado (para 2 interruptores, serían 180 Euros)
- Punto de antena: 90 Euros.

Si decides cablear la casa con cable para RJ-45, es buena idea dejar en uno de los tabiques un cajetín para guardar el router y los cables, similar al que suele ponerse para el registro eléctrico a la entrada.

Mi recomendación es que en cada habitación pongas una toma de TV y un zócalo para RJ-45, y aproximadamente un enchufe por pared, para no tener que tirar después alargadores. Las tomas de teléfono son prescindibles, pues con tener una en el salón, luego puedes colocar teléfonos inalámbricos que cumplan la normatica DECT y conectarlos entre ellos, necesitando únicamente un enchufe para cada uno de ellos.


7. Baños y tuberías

Si uno cambia los baños, es buen momento para cambiar tuberías suponiendo que estén viejas. Generalmente, es frecuente encontrar con que la bajante de tu edificio pasa por tu cuarto de baño. Si tu segmento de bajante es viejo, mi recomendación es que lo cambies aunque tengas que correr tú con el coste. Si por lo que sea mañana se rompe por ser viejo, aunque la comunidad te cubra el total del arreglo, tendrán que romperte la pared de tu baño y no te compensará el ahorro.


8. Las obras continúan pero no avanzan.

En las obras largas, hay un momento en que parece que la obra ya dura mucho pero no avanza. Aunque el jefe de obra te diga que no es así, lo cierto es que es verdad: no avanza. En nuestro caso, era fácil comprobar que algunos de nuestros obreros estaban a varias obras a la vez, lo que hacía que se presentaran a trabajar a medio día o que algunos días directamente no vinieran. Dejando eso aparte, dejar la casa preparada para recibir el nuevo look lleva tiempo, y es verdad que esas tareas son poco agradecidas y da una sensación de que la casa sigue igual día tras día. Si esto continúa por mucho tiempo, lo normal es que hables con el jefe de obra para que te explique el planning que tiene, en qué punto estáis y cuándo está previsto el final.


9. Problemas durante las obras

Durante las obras hay problemas. Es normal. Son muchas cosas a cambiar, y sólo por estadística, algunas no quedarán como tú quieres, o algo no estará correctamente ejecutado. Dilo tan pronto lo veas. Dependiendo de lo honesto que sea el jefe de obra lo asumirá o te intentará colar el defecto como una nueva "feature" de tu casa. En este último caso, es posible que intente alegar a su condición de experto para justificarlo (falacia ad vericundiam). Aunque tú no entiendes de ladrillos, tú si sabes cómo quieres que quede. Generalmente un "no se puede hacer" significa un "yo no sé hacerlo". Hoy en día en Internet está todo, así que sin mucha dificultad podrás encontrar y mostrarle algún caso de alguien que haya conseguido hacerlo con éxito.

En este punto, mi consejo es que las discusiones no se tomen como algo personal. El jefe de obra intentará conseguir el mejor margen posible, el obrero intentará no complicarse la vida, y tú debes intentar que cada uno haga su trabajo para que tu casa quede bien. Ahorrarse mosqueos y discusiones conlleva quedarse con una casa diferente (y peor) a cómo te la habías imaginado. Y si vas a pagar un gran dinero por la reforma, lo suyo es que quedes contento.


10. Imprevistos y  nuevas peticiones

Según avance la obra y sobre todo, cuando vayas viendo cosas terminadas, te surgirán cosas que no habías previsto. Pídelas, y antes de ejecutarlas, que te digan exactamente cuánto te van a costar. Muchos de los desvíos e incrementos insanos en las obras vienen de los imprevistos que se piden después sin presupuesto previo, lo que puede dar lugar a problemas posteriores. 

En nuestro caso quitamos una puerta cuando ya había terminado todo, porque no tenía razón de ser después de hacer la obra, y quitamos algún conmutado que otro por estar demasiado cerca los puntos de luz.

Piensa en si quieres mover el cajetín eléctrico a un sitio más accesible, si quieres mover el telefonillo automático, si vas a querer algo de domótica, ... Generalmente todo es posible, siendo el impedimento principal el coste (alto especialmente en cosas de domótica). Así que haz una lista de todo lo que te gustaría que tuviera tu nueva casa y asígnale puntos a cada cosa. Luego escribe al lado su coste y asígnale una puntuación a dicho coste. Al final terminarás poniendo aquello que te mejore sustancialmente la vida y que no tenga un coste disparatado.

Cosas de domótica que te puede interesar tener:

- Persianas eléctricas (muy corrientes hoy en día).
- Persianas eléctricas con mando (coste medio).
- Control de la luz con mando (coste medio-alto).
- Alarma conectada a tu teléfono (coste medio).
- Puerta electrónica con reconocimiento dactilar (coste muy alto).
- Desvío de portero automático a móvil (coste muy alto).



11. Discusiones


Esta es la parte que nadie te cuenta, pero que está ahí. Una obra es uno de los eventos que genera más estrés a lo largo de una vida. Durante las obras se discute, y mucho. Se discute porque hay que estar encima de muchas cosas, hay que tomar muchas decisiones a lo largo de toda la reforma y no siempre se está de acuerdo. Pero también porque surgen muchos problemas que hay que arreglar entre los dos y como la casa sólo puede ser de una manera, surgen discrepancias de opiniones. Por otro lado hay que sacar tiempo día a día para ir comprobando de cerca todo lo que se va haciendo ya que de no hacerlo se corre el peligro bastante real de incurrir en errores que luego cuesta dinero (a veces bastante) subsanar, tales como: 

- Puntos de luz que no están donde deberían estar
- Colocación de azulejos de una manera distinta a la esperada.
- Pintura en tonalidades diferentes a las proyectadas.
- Reparto de elementos en los radiadores.
- Conservar muebles/lámparas anteriores o cambiarlos.
- ...

La solución es que ambos miembros de la pareja hagan el seguimiento a diario de todo y no se alteren por las posibles discusiones que surjan, ya que son totalmente normales. Lo raro sería no tenerlas.

Comentando este punto con el jefe de obra de nuestra última reforma, le pregunté que cuánta gente conocía que se hubiera separado por culpa de una reforma. Me dijo que había visto a varios que estuvieron a punto, pero que a un colega suyo de profesión directamente se le suicidó la clienta por no poder soportar la reforma de su casa.



12. Fin de las obras

En toda obra, llega un momento en que se alcanza el final. Casi no te lo crees, pero ocurre. Cuando llegue este momento tendrás que haber decidido previamente que no quieres seguir poniendo más cosas, porque estarás tan harto que lo único que querrás es volver a tu casa, esté como esté.

Lo normal es que a lo largo de la obra hayas ido pagando algo de dinero para cubrir coste de los materiales y sueldo de los obreros. Hay una última parte de dinero que no se debe pagar hasta que uno ha revisado todo el trabajo y da su conformidad. Además, suele ser un buen reclamo para que los obreros vuelvan a reparar aquellas cosas que no hayan quedado bien. 

Hace varios años, yo solía ser de esos que pagaba todo al finalizar. Tras varias experiencias negativas, siempre dejo un 10-15% mínimo a pagar cuando esté todo revisado. Y es la única manera de garantizar que van a venir a arreglártelo (y no siempre). Como ejemplo, hace 7 años encargamos unas ventanas que las hicieron bastante mal. Pagamos el 70% y nunca volvieron a terminar el trabajo, tras infinitas llamadas y compromiso por parte del dueño de que no había de qué preocuparse.


13. Conclusiones

Hacer una reforma es caro, no sólo en dinero, sino en tiempo y en discusiones. Quien diga que no, o no ha pasado por obras o directamente miente. 

Como llegarás a este punto final más mosqueado y hastiado que Frodo cuando estaba próximo a tirar el anillo, tómatelo con tranquilidad y filosofía. Vete unos días de vacaciones, y cuando vuelvas lo verás todo mejor. 

Por lo demás, lo de pasar por obras es como todo en la vida. Te da ciertas tablas para acometer mejor la siguiente, y anticiparte a los problemas que surjan. Sabrás decidir más rápidamente lo necesario de lo superfluo, lo caro, de lo económico, y de lo barato. Y así con todo.




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